Por Lic. Arnaldo Calvo Buides
• Este trabajo obtuvo PREMIO NACIONAL 2012 en el género COMENTARIO del Concurso Periodístico convocado por el Instituto de Deportes de Cuba.
Siempre he sentido atracción por los ajedrecistas zurdos. Tal vez influido por mí mismo, que también lo soy, disfruto verlos realizar sus movimientos con “la mano equivocada”, al hacer una jugada o anotarlas.
Y es que los veo extraño, diferentes, aunque yo mismo no me vea así. En Cuba hay unos cuantos de ellos, pero sobre todo destaca el Gran Maestro tunero Lázaro Bruzón.
Estudios científicos avalan que las personas zurdas presentan unos milisegundos de reacción más que las derechas, de ahí que sean muy ponderadas en algunos deportes como el boxeo, la esgrima, el tenis, entre otras. Y es que son disciplinas que exigen un elevado nivel de reacción física.
Pero, ¿se ha puesto usted a pensar alguna vez cuán ventajoso podría ser un zurdo para el ajedrez?
No me refiero en cuanto al aspecto de la reacción física, pues en el juego ciencia resulta insignificante a diferencia de los deportes antes citados; sino sobre el criterio de muchas personas de que los zurdos son más inteligentes que los derechos, y, precisamente, el ajedrez es una actividad meramente intelectual.
Existen quienes discrepan con tal afirmación. Por ejemplo, Nibaldo Salvatierra, director de la Organización chilena Zurdos, esgrime que “en algunos países el hecho de ser zurdos son mirados con admiración y respeto. Se llega a creer que son más inteligentes, cuando en verdad es sólo porque están mejor preparados.
“Desde pequeño el niño zurdo debe tratar de adecuarse a un entorno que le resulta incómodo y buscar de forma creativa adaptarse a un mundo pensado con la derecha.”
En cambio, el Doctor Alan Searleman, de la Universidad de St. Lawrence de Nueva York, durante la conferencia anual de la Asociación Norteamericana de Psicología expuso que las personas zurdas tienen superior fluidez de inteligencia y mejor vocabulario que la mayoría de la población.
“Esto es, quizás, por lo que hay más de ellos en profesiones creativas, como música, arte y escritura”, dijo.
El especialista realizó tests de memoria, vocabulario y resolución de problemas a 1200 personas y descubrió que las personas que eran “verdaderos zurdos” tuvieron una puntuación un tercio más alta en los tests de vocabulario y el doble en las tareas de resolución de problemas.
La investigación también advirtió que las personas zurdas eran intelectualmente mejor dotadas, con un coeficiente intelectual por encima de 140 puntos (la media es entre 90 y 109).
Hasta mediado del siglo XIX los investigadores no habían advertido la especialización de los hemisferios cerebrales.
Los primeros hallazgos se deben al médico francés Paul Broca (1985) y al neurofisiólogo alemán Carl Wernicke, quienes a partir de pacientes con daño cerebral en el hemisferio izquierdo, observaron que estos presentaban dificultad en el habla, incapacidad que no estaba relacionada con los músculos productores del habla, sino que intervenía alterando los procesos mentales básicos necesarios para la producción del lenguaje articulado y con significado.
Hallazgos posteriores no solo confirmaron la diferenciación funcional existente entre los dos hemisferios, sino que hicieron pensar que el cerebro izquierdo además de ser diferente era superior al derecho, por encontrarse asociado a la capacidad de hablar. Así surgió la Teoría de la Dominancia Cerebral.
Se determinó que cuando el cerebro izquierdo está activo, el cerebro derecho está relajado y viceversa, comprobándose mediante estudios electroencefalográficos. Los estudios llevaron a la conclusión que la mayoría de las personas tienen un hemisferio "dominante" y que cada uno de nosotros necesita un "balance" entre el cerebro derecho e izquierdo para funcionar saludablemente.
Existe una especialización de cada hemisferio de manera que el izquierdo (controlado por los diestros), está implicado en el razonamiento, el lenguaje, la escritura y la lectura, mientras que el hemisferio derecho (controlado por los zurdos), está implicado más en procesos no verbales, tales como arte, música y comportamiento creativo.
El hemisferio derecho opera con imágenes sensoriales (visuales, auditivas, táctiles, olfativas y gustativas) y construye una representación espacio temporal del mundo externo, muy ligada a la fantasía, así como a los fenómenos que escapan de la lógica y que se resuelven por medio de la intuición.
Según el editor de la revista On line Cuadernos de Neuropsicología, Roberto Polanco, los zurdos controlan el hemisferio derecho del cerebro (responsable del funcionamiento del lado izquierdo) que les permite ver el “todo” antes y luego centrarse en los detalles, mientras en los derechos ocurre al revés.
“Por ello la visión zurda es más creativa ya que, por ejemplo, al pintar un cuadro un zurdo tendrá una visión global de lo que quiere plasmar sobre el lienzo y luego podrá comenzar a trazar los componentes para crearlo”, sostuvo Polanco.
Artistas como Miguel Ángel, Rafael y Leonardo Da Vinci crearon obras de arte mundialmente famosas.
El ajedrez, además de razonamiento lógico, exige mucha creatividad sobre el tablero, fantasía para abstraerse ante determinadas posiciones, e intuición que nos permita percibir jugadas o secuencias de jugadas sin un análisis acabado.
Precisamente, el hemisferio derecho, controlado por las personas zurdas, está implicado, sobre todo, en los procesos de creatividad, fantasía e intuición.
De acuerdo con el Maestro Nacional, Noel Martínez Socorro, de la provincia de Matanzas, Cuba, el razonamiento lógico y la creatividad deben ir de la mano en el ajedrez si se aspira a grandes resultados; pero, de ambas, la creatividad es lo más difícil de adquirir, de ahí que se infiere la importancia de valorar un poco más a los zurdos para la práctica del ajedrez.
Y aclaro, ser zurdo no sería suficiente para escalar en el mundo escaqueado. Afirmarlo estaríamos pecando de ingenuos. Se necesitaría de mucho más, como talento, motivación, voluntad, disciplina, sistematicidad…, cualidades que no poseen todos los zurdos (¡Y derechos tampoco!)
El incremento desde edades tempranas de atletas zurdos a la práctica del ajedrez competitivo, pudiera redundar en un salto cualitativo de esta disciplina en todo el país. Todo esto sin obviar que solo un 10 % de la población mundial es zurda, lo cual atenta contra tal propósito.
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