Tuesday, September 24, 2013

¿CONFLICTO DE INTERESES?

                                                                    

                                                                Grischuk y  Zhukova, ejemplos de
                                                            matrimonios felices de ajedrecistas. 
Por Lic. Arnaldo Calvo Buides

Roberto ¨Cabilla¨ González, buen amigo de mi Jagüey Grande natal (Matanzas-Cuba) me acompaña a todas partes que voy. Y no es que él esté acá en Chile, pero lo tengo muy presente luego de una expresión suya uno de esos días en que intercambiábamos sobre diversos temas.

¨Yo no tengo prejuicio por si en un futuro mi hijo fuese, digamos, barrendero. Eso sí, siempre le he dicho que tiene que ser el mejor, o estar entre los mejores…¨

No vi ninguna arrogancia de su parte. Que sea reconocido por la labor que realice, es la filosofía, muy certera, por cierto, que Roberto le ha insuflado a su hijo.

El reconocimiento lleva entrega, sacrificio, y por que´ no,  a veces hasta  injustas incomprensiones por parte de algunas personas muy importantes en nuestras vidas. ¿El ajedrez escapa a esto?, ¿Qué pasa, por ejemplo, cuando un ajedrecista une su vida a otra persona ajena a dicha actividad?

Éstas en ocasiones no los comprenden, subvaloran y menosprecian al ajedrez, ven a sus practicantes como tontos que no hacen más que perder el tiempo. No hacen más que poner sobre la mesa, reloj mediante, ciertos conflictos de intereses, conllevando en algún que otro caso a la ruptura marital.  Y es que sin comprensión, sin tolerancia, no se puede llegar tan lejos…

Sin menoscabo de languidecer sus vidas sentimentales, esa persona que acompaña en la vida al ajedrecista debe comprender que el ajedrez, ciencia al fin, recaba mucho tiempo de preparación, constante búsqueda informativa…en fin, tiempo, tiempo, y más tiempo, amén del nivel en que uno se desenvuelve.

El prestigio hay que ganárselo. El boxeador, dando trompadas; el médico, salvando vidas; el abogado, defendiendo cabalmente a sus clientes; el ajedrecista, sobresaliendo en competencias,  y si se dedicara a la enseñanza, logrando que sus alumnos progresen y cosechen éxitos, claro está.

Solo ellos saben (el boxeador, el médico, el abogado, el ajedrecista) cuánta dedicación hay tras de sí para alcanzar sus triunfos.

Acaso, ¿lo ideal fuese la unión entre ajedrecistas? Hummmm, no dudo de que pudiesen existir criterios divididos.

A primera vista no parece descabellado este lazo sentimental, teniendo en cuenta el interés común que los vincula y, por antonomasia,  pre-su-po-ne una mayor comprensión entre ambos.

¿Pero, qué tal sus vidas realmente? ¿Será solo ajedrez?, ¿Será el tema constante en sus pláticas?

El mundo ajedrecístico conoce de infinitos matrimonios entre ajedrecistas. Unos han fracasado (¿Incomprensiones?), en cambio otros han soportado los embates del tiempo.
El Gran Maestro (GM) letón Alexéi Dmítrievich Shírov  en enero de 1994 se casó con la entonces jugadora de ajedrez argentina Verónica Álvarez, de la cual se divorció en 1998. En segundas nupcias,  también fracasó su relación con la ajedrecista lituana Victoria Cmilyte.
 Los GM ucranianos Vasili  Ivanchuk  y Sergey Karjakin también rompieron relaciones maritales con trebejistas. El primero, ante la rusa Alisa Galliamova, y el otro ante su paisana  Kateryna Dolzhykova.
En contraste, el GM ruso  Alexander Grischuk y  su homóloga ucraniana Natalia Zhukova son ejemplos de matrimonios felices de ajedrecistas.  
Por cierto, a principios de año la página Chess base.com publicó una relación de parejas de ajedrecistas más fuertes del mundo, encabezada precisamente por Grischuk y Zhukova. He aquí la interesante lista (Observen que solo en un caso la esposa es más fuerte que el marido):
Marido
Elo
Esposa
Elo
Promedio
Alexander Grischuk
2733
Natalia Zhukova
2465
2599.0
Laurent Fressinet
2667
Almira Skripchenko
2443
2558.5
Socko Bartoz
2656
Socko Monika
2449
2552.5
Mohamad Al-Modhiaki  
2570
Zhu Chen
2473
2521.5
Suat Atalik
2607
Ekaterina Atalik
2434
2520.5
Zhang Zhong
2613
Li Ruofan
2423
2518.0
Robert Fontaine
2540
Kateryna Lahno
2481
2510.5
Bellón
2445
Cramling
2525
2485.0







LECCIÓN DE VIDA

                                                                                          
Por Lic. Arnaldo Calvo Buides                               


Criterios de amigos, y de hermano (Nibaldo) aparecieron luego de publicar en mi face Ajedrecista Cubano  la crónica ALGO NUEVO A VIVIR COMIENZA, cuyo protagonista es José Veulens Castex, el viejo Veulens, quien en nuestros inicios en el ajedrez fuese algo así como una suerte de entrenador para Nibaldo y para mí.

Aquí van otras líneas,  que revelan el gran corazón de esta sencilla persona.

Las risas llovían a cántaros, pero él estaba tan dentro de su mundo, que ni cuenta se daba; o tal vez, ni caso hacía.

¨ Ese viejo está loco…¨, algunos exclamaban. ¨Ahora sí que Veulens se ´tostó´ (volverse loco) más de lo que estaba…¨, decían quienes lo conocían.

Transcurría el Período Especial, dura crisis económica que golpeó a Cuba en la década del 90´, y Veulens se resistía  a echar por tierra sus valores humanos que bien arraigados los tenía.

Fue una etapa en la que la gente vendía de todo, como una manera de subsistir. Y no es que en toda etapa no prolifere la venta, pero sin dudas que entonces estuvo en creces.

Veulens no se quedó atrás, a él también se le veía en cuestiones de ventas. Pero no precisamente para paliar  su situación económica. No. Lo hacía para ayudar a vender artículos y productos que alguna gente había decidido desprenderse de los mismos. Pero lo llamativo de todo era que lo hacía sin  interés a cambio. Pura generosidad en persona.

Se montaba en su bici, se colgaba un cartel grande a su espalda, el cual promocionaba la venta de un refrigerador, televisor…y a desandar las calles del pueblo (Jagüey Grande, Matanzas- Cuba).

Al verlo, a la gente les causaba curiosidad, y no faltaban las risas .Pensaban que estaba loco ¨Hay que ayudar al prójimo…¨, solía decir con la mayor naturalidad del mundo al intercambiar con  alguien durante su labor solidaria.

Pero durante el Período Especial  eso no fue solo que lo hizo Veulens que mereciera que lo valorase mucho más como persona.

Cierto día le dio la taranta de irse hacia la autopista, a la salida del pueblo,  a vender refrescos y comestible, aprovechando  que es un lugar  de mucha afluencia de personas,  al encontrarse allí un punto de embarque o terminal, desde donde uno puede transportarse hacia distintos lugares del país.

A veces uno tarda horas para abordar un bus o auto, sobre todo quienes se dirigen a  lugares distantes, como era el caso de una mujer, quien con su bebé allí se encontraba, llena de incertidumbres, en espera de un transporte que la llevase.

Veulens se condolió al verlos. Tanto que, sin pensarlo dos veces, les dio de comer sin cobrarles ni un centavo. Para él era más importante llenarles las barrigas a esas personas,  que tan  apesadumbrada estaban,  que llevarse unos pesos a los bolsillos.

Los sentimientos se impusieron. Linda lección de vida de este gran hombre que sigue muy dentro de mí.

 ¿Y usted ayuda al prójimo?

¨TE VA A IR BIEN...¨






Por Lic. Arnaldo Calvo Buides

Tan alto como su fervor por la plática, así es Miguel, un amigo que gané en una de mis visitas al Club de ajedrez situado en la Plaza de Armas, en Santiago de Chile (Chile).

Luego de llevar ratos observando algunas partidas de quienes allí concurren, que, por cierto, algunos no lo hacen nada mal,  me motivé a acercarme a quien en solitario leía un periódico.

-          ¨¡Ah!, cubano, qué bien. Acá los médicos de tu país tienen mucho prestigio…¨,  no perdió la oportunidad de reiterarme algo que no he dejado de escuchar desde que llegué a Chile.

-          Sí,  ya otras personas me lo han dicho, pero no solo los médicos, en sentido general los profesionales cubanos son muy reconocidos a nivel internacional, añadí.

Le comenté sobre mi idea de dedicarme a la enseñanza del ajedrez en Chile, labor que realicé durante años en mi Cuba natal. Y es que no concibo mi vida sin el mismo.

También le abordé sobre la masificación de éste en mi país de origen, de ahí sus grandes éxitos, y acerca de la impartición desde 1989 como una asignatura más en los colegios, amén de deficiencias por solucionar, esencialmente el déficit de maestros capacitados.

¨No sé si te has dado cuenta, pero acá el fútbol es el único deporte que se ha masificado. Pero no quiere decir que no se juegue ajedrez…Te va a ir bien, tú verás, dijo Miguel, quien  se ¨abrió¨conmigo y me aconsejó tanto como si fuese mi hermano mayor.

¨Lo que tienes que hacer es vestirte elegante, de traje, te presentas en los colegios e instituciones y les hablas sobre tus proyectos. Eso de llamar por teléfono o escribir  mediante correo electrónico es muy distinto a tu ir a esos lugares.. Gente como tú es la que hace falta para desarrollar el ajedrez acá. Te va a ir bien, tú verás ¨, expresó con certeza este hombre que ronda los 50 años.

Sugirió que me publicitara en uno de los propios muros existentes en el espacio donde funciona el Club.  ¨En un papelito escribes tus datos, pones que eres entrenador cubano y lo pegas aquí mismo  para que la gente que venga lo sepa.

¨Tú verás que pronto van a estar comentando:  ´Ah!, sí, es el morenito cubano que viene por acá…¨ Te va a ir bien, tú verás…¨

Miguel  no tiene dudas de que el ajedrez aúna personas, sin distinción de raza, religión y condición económica. Él concibe a sus practicantes como verdaderas familias, no exentas de pasar por buenos o malos momentos.

¨Tienes que venir más a menudo. Además de jugar, haces muchas amistades.  Por ejemplo, ¿tú ves ese viejito que está jugando allí?, es dueño de unos cuantos negocios, y quién sabe si en algún momento estás buscando trabajo  y él te ayuda.

¨ Al igual que un doctor que viene acá a jugar. Tal vez un día tienes algún problema de salud  y puedes contar con él.¨

Asevera Miguel que muchos extranjeros frecuentan el Club. Y con evidente satisfacción me cuenta sobre un francés, con quien tiempo atrás estableció lazos solidarios tablero mediante.

Aquel regresó a su país, pero no han perdido la comunicación. Y se ha afianzado tanto que ahora, asegura Miguel, le han cursado una invitación a Francia (¡!).

Te han anunciado una buena jugada, Miguel.  Mucha fe. ¿Sabes algo, amigo? Presiento que ¨te va a ir bien, tú verás…¨




EL JOYERO DEL AJEDREZ




                      


                                       Costafreda (a la derecha) tablero mediante 
                                        con Julio ¨El Tiburón¨ Fuente.
                                          De pie, el autor de estas líneas.


Por Lic. Arnaldo Calvo Buides

Juego hermético, cual eslabones de una prenda. Dado a la lucha incesante, pletórica de sutilezas tácticas y bellas combinaciones. Así es el accionar tablero mediante del ajedrecista cubano José Miguel Costafreda de La Rosa, oriundo del municipio Jagüey Grande, provincia Matanzas.
Comenzó algo tardío en la práctica sistemática, lo que se dice ¨en serio¨. Tenía unos 17 años cuando decide abandonar el deporte de tiro deportivo y se adentra en el mundo de las 64 casillas.
Pero lo sorprendente de todo es que entonces atesoraba en su haber el título de campeón nacional (categoría 15-16 años) en la modalidad de pistola. Sin embargo, cual tema táctico de atracción, los jaques y enroques lo sedujeron.
Dice que aprendió a mover las piezas mientras estudiaba en la Secundaria Básica, mediante algunos muchachos que estaban matriculados en la Sala de ajedrez de Jagüey Grande, donde fungía como entrenador el hoy Maestro Nacional Noel Martínez Socorro.
¨Yo practicaba tiro deportivo, y llegó el momento que antes y después de mis entrenamientos, pasaba por la Sala de ajedrez para jugar un rato. Recuerdo que hubo momentos en que mi entrenador, Santiago, tenía que ir a buscarme. Y hasta vino a la casa a hablar con mi mamá.
¨Imagínate, era campeón nacional y a veces faltaba a los entrenamientos por estar en el ajedrez.¨
Y tanto va el cántaro a la fuente…¨Estaba terminando el Pre Universitario, cuando dejo el tiro y comienzo en el ajedrez. Noel Martínez me ayudó mucho mediante sus consejos, pero yo diría que yo fui mi propio entrenador, ya que me preparaba mucho de forma autodidacta.¨
Aficionado al tenis de campo, asegura que poco después, aproximadamente en 1989, participa en su primera Semifinal Provincial de Primera Categoría, y ¨me cayeron a palo¨.
Pero al año siguiente sorprende y fuera de todo pronóstico no solo avanza hasta la Final Provincial, sino que gana el derecho de representar a la provincia Matanzas en la Semifinal Nacional, torneo previo a la discusión del título del país.
¨En esa Final Provincial perdí las 3 primeras partidas, pero me repuse y gané casi todas las restantes, incluida la última, con el Experto Nacional Rigoberto Alderete. Con tablas no clasificaba; estaba obligado a ganar, y gané.¨, advierte quien posee como ídolo al inmortal ajedrecista cubano José Raúl Capablanca y Graupera.
Entonces vino la Semifinal Nacional, con sede en Pinar del Río. Muy buenos jugadores se dieron cita, entre ellos, los Maestros Internacionales Néstor Vélez y Blas Lugo.
Costafreda solo pudo arrancarles media unidad, no más. Sin dudas, resultó un torneo bien exigente, el de mayor categoría al que ha asistido. Pero, amén del resultado, el hecho de codearse con grandes figuras ya de por sí constituye un éxito.
Luego interviene en 1991 ó 1992 en otra cita Semifinal Provincial, sin lograr avance alguno a la próxima fase.
¨Costa¨, como algunos lo llaman, desde entonces se alejó del ajedrez competitivo propiamente dicho. Jugaba algunas que otras partidas rápidas, no más. Muy diferente a aquellos tiempos en que dedicaba alrededor de 7 u 8 horas diarias de preparación, y que se le veía en el Centro de Informática del Deporte, en la ciudad de Matanzas (a unos 80 kilómetros de Jagüey Grande), tras lo último en teoría de las aperturas y demás publicado en los Informadores.
¨Esta línea me la sé hasta la mil…¨, medio en broma, medio en serio, así le escuchaba decir a otros mientras debatían una apertura comprendida en su repertorio.
Y es que estaba tan al tanto del mundo de las aperturas, de las últimas novedades, que se justificaba cualquier expresión de esta índole.
A sus 43 años, desde hace un tiempo para acá ha regresado al juego diario. Pero no como antes, pues le dedica poco tiempo, dice que tal vez una hora diaria o más.
Mediante su ordenador se prepara. Para ello cuenta con el excelente programa Houdini, en tanto a veces se le ve jugando partidas rápidas con ajedrecistas del pueblo. En verdad, uno disfruta ver con qué habilidad lo hace. No se le puede quitar el mérito, es un buen jugador.
- ¿Cómo valoras tu estilo de juego?
- Agresivo. Me gusta la locura…pero ahora no es tan fácil atacar, porque la gente está bien preparada. Mientras más pasan los años, aumenta la Base de Datos.¨
Afirma sentirse atraído por el Gambito del Rey, el Gambito Volga y la variante Dragón en la defensa Siciliana, entre otros esquemas que están acordes a su temperamento.
Licenciado en Cultura Física y Deportes, durante unos 7 años laboró como entrenador en Jagüey Grande, junto a los también destacados Leonardo Quintero y Daniel Alzugaray. Entonces emergieron promisorios atletas, quienes coadyuvaron a que el municipio se mantuviera en la élite en las categorías pioneril y escolar.
José Miguel Costafreda de la Rosa es trabajador por cuenta propia. Específicamente, se dedica a la actividad de la joyería. Y como quiera que sea, la interrogante que sigue ¨se cae de la mata¨:
-¿Te consideras mejor joyero que ajedrecista, o viceversa?
-Creo que soy mejor joyero que ajedrecista (sonríe)…No, (dice, sin dejar de sonreír) pon que estoy a la par.


JAQUE MATE, CHUCHI





                                   
Por Lic. Arnaldo Calvo Buides
 
No recuerdo haber visto alguna vez sonreír a Chuchi. El era un tipo muy serio. De tez blanca, mediana estatura, un gran bigote, hablar y caminar lentos, esta es la imagen que conservo de este hombre quien fuera  el director del Preuniversitario en el Campo Máximo Santiago Haza (J-4),  en Jagüey Grande (Matanzas, Cuba), donde mi hermano gemelo Nibaldo y yo estudiamos a principios de los 90´.
 
Muchachos al fin, hicimos una que otra trastada. Pero fugarse de la escuela ya eran otros cinco pesos. Con solo pensar el mal rato que uno pasaría si te atajaban….pero aquel día yo estaba decidido a todo.
 
Entonces, ya me había prendido el bichito del ajedrez y una semanas atrás en el periódico Girón una noticia me atrapó: el 28 de abril (1991)  a la 1:30 p.m el Gran Maestro matancero Reynaldo Vera realizaría una simultánea ante 130 jugadores en la sala José White, de la ciudad de Matanzas.

Sería un intento por romper el récord nacional en poder del fallecido Maestro Nacional Francisco Planas, quien en 1933 dirimió ante 113 contendientes.
 
“Voy a participar”, me dije, no sin antes sentir cierta impresión por el hecho de tener por primera vez tablero mediante a un Gran Maestro.
 
La fecha escogida para la trascendental actividad caía un día entre semanas, por lo que se me dificultaba participar al encontrarme becado.  Descarté la variante de pedirle permiso a Chuchi.  No me atrevía. Quién sabe si me hubiera autorizado,  pero bueno…lo cierto es que opté por darme a la fuga  la noche anterior. Y así, dormiría en mi casa y apenas amaneciera iría hacia Matanzas, para enfrentarme a Vera.
 
Así hice, tal como lo calculé. Y a la 1:31 de la tarde del 28 de abril de 1991 ya me encontraba entre los 130 trebejistas que lidiaban contra el GM. ¡No me lo creía!
 
Le planteé la defensa Siciliana. Era lo que yo mejor jugaba contra el peón Rey. Desde el mismo comienzo la posición se tornó interesante,  con cierta igualdad para ambos bandos. No me iba nada mal.
 
Mientras tanto, transcurrían las horas. Las 3, las 4, las 5…y yo seguía ahí enfrascado, y la partida enrumbaba hacia el medio juego con total equilibrio.  Las 6, las 7…se acercaba la noche y ya éramos pocos los que aún nos manteníamos en vida. El resto había concluido, la mayoría abatidos por el GM.
 
Por tal motivo, se me iba acortando más y más el tiempo de pensar entre movida y movida. Porque según dictaminan las reglas de las simultáneas,  cada jugador debe efectuar su correspondiente jugada nada más que el simultaneísta se encuentre frente a él, y a su vez éste responderá seguidamente. Por tanto, a menor cantidad de jugadores, con mayor prontitud se suceden las jugadas.
 
La noche hacía rato que se había adueñado de la ciudad. Se aproximaba las 9 pm, y tras casi 8 horas de juego, solo quedaba yo, frente al GM disputando la última partida, la 130, récord para el país.
 
Entonces, tal vez producto del cansancio, mi rival cometió un grave error que me facilitó la promoción de un peón. “Dama”, pedí, y más la otra que tenía, ya eran dos (Vera tenía una sola y sin compensación alguna). ¡Ahora sí que no me lo creía! Yo ganándole a un Gran Maestro…
 
Pero, la alegría del pobre…apenas el GM jugaba, quien, por cierto, había tomado una silla y se había sentado enfrente de mí,  uno de los organizadores del evento me exigía que respondiera rápido, según lo estipulado. Una y otra vez me lo repetía, ante mi desconcierto y algo de nerviosismo para tratar de encontrar qué hacer en tan breve tiempo…
 
 Pagué cara mi novatada.  En un abrir y cerrar de ojos se fue a bolina mi gran ventaja. Primero perdí una de mis damas, y después quedé totalmente perdido… ¿¡  ?! Los espectadores no comprendían cómo pude perder esa partida.  Y   yo tampoco.
 
 Ante la mesa quedé aturdido, como si me  hubieran echado un jarro de agua fría en la cara..
 
 Solo me quedaba el regreso a casa. Me esperaba dormir en la Terminal de Ómnibus de Matanzas,  a unos 80 kilómetros de la casa, hasta el amanecer del día siguiente en que saliera algún autobús hacia Jagüey Grande. Después, mover las piezas para incorporarme a la escuela sin ser descubierto. Tal como hice.
 
Ya han pasado 20 años de este singular hecho, en el que el  Gran Maestro Reynaldo Vera obtuvo 95 victorias, entabló 20  y perdió 15. Y aún siento mucho aquella partida que perdí ante quien luego se convirtiera en el protagonista principal del libro que mi hermano Nibaldo y yo escribiéramos y fuese publicado en México  en el 2008 bajo el título: Reynaldo Vera: Gran Maestro del centenario.
 
 Pero, a modo de consuelo, pensándolo bien, no es menos cierto que en aquel lejano abril de 1991 entonces también enfrenté (y gané) otra partida tan difícil como esta: me le fugué a Chuchi y nunca se enteró.

DETALLE DE AIMEÈ

Por Lic. Arnaldo Calvo Buides


-Buenas tardes.

- Buenas tardes.

- ¿Usted es el maestro de ajedrez?

- Sí, soy yo…

- Mire, yo vengo para ver si hay posibilidad que mi nieta pueda incorporarse a su curso.

- Cómo no, no hay problemas. ¿Y en qué grado está ella?

- En primero…


Aimeé Viviana Menéndez Benavides es aquella niña de entonces 6 años que por vez primera pasó el umbral de una sala de ajedrez acompañada de su abuela Migdalia.

Cuenta que ella estaba interesada en el tenis de campo, disciplina que su mamá practicó en la adolescencia, pero no pudo ser debido a una pequeña limitación en sus pies.

Yo tuve el honor de ser el primer maestro que descubrió en ella todo el potencial que tiene para el juego ciencia. ¨Yo más o menos sabía mover las piezas, porque mi padrastro Minervino jugaba con los vecinos y me enseñó un poco¨, recuerda.


Al año siguiente de preparación sistemática, interviene en su primer evento de envergadura: en la competencia provincial categoría Sub-9, superior a la suya, pues entonces solo contaba con 7.

No obstante, no lo hizo nada mal, pues defendiendo el segundo tablero finalizó en la quinta posición.

Entre sus mayores resultados, destacan el tercer lugar en el torneo Provincial escenificado en el municipio  de Colón (provincia Matanzas, Cuba)  en el 2009 (Categoría Sub-9) y el subcampeonato en el Torneo Nacional María Teresa Mora, realizado en Los Arabos, en el 2010(Sub-10).

Durante el 2011 mostró sus dotes al finalizar segunda en el torneo Provincial Aniversario del INDER, escenificado en su pueblo natal Jagüey Grande (provincia Matanzas, Cuba).

-¿Tienes predilección por alguna apertura o defensa?

- Con blancas me gusta jugar la Escocesa y el Gambito Escocés, mientras que con las negras prefiero la Siciliana (variante Dragón).

-¿Qué aspiración tienes en el ajedrez?

-Quisiera ser Gran Maestra.


-¿Admiras a algún o alguna ajedrecista en particular?

- A José Raúl Capablanca (campeón mundial 1921-1927) y a Yanira Vigoa (Gran Maestra oriunda de Los Arabos, provincia Matanzas)

Según su actual entrenador, Orestes Pérez de Armas, Aimeé debe trabajar fuerte en el cálculo de variantes, su mayor deficiencia, en tanto considera que su mayor virtud radica en el juego activo que despliega, en busca de complicaciones.

Durante el 2012, a sus 10 años volvió a ser noticia una vez más, al titularse en el primer tablero en la competencia provincial por equipos (10-11) efectuada en la ciudad de Matanzas.

Consiguió actuación perfecta, de 7-7, coadyuvando a que su conjunto Jagüey Grande alcanzara el primer puesto con 21 puntos de 28 posibles.

A última hora llegó la noticia de la realización de esta competencia. Y cuando se le comunicó al padrastro de la niña, comentó que, coincidentemente, ese fin de semana era el cumpleaños de la madre de ésta, y habían planificado una salida…

¨Pero, está bien…que vaya para la competencia, para que no se la pierda…¨, dijo.

Y así, la sabia decisión permitió que Aimeé tuviera el detalle de obsequiarle a su mamá tan millonario regalo de coronarse en la competencia provincial. Vaya, detallista la niña, eh???


DAILY AYALA MARTIN...¿MILAGRO DE DIOS?



Por  Lic.Arnaldo Calvo Buides 

La maestra Berta no anduvo con medias tintas: ¨Daily no está nada bien en el aula; fíjate, que se tenía pensado pasarla para la escuela Especial (de niños con retraso en el aprendizaje) ¨, me dijo.
Octubre del 2007. Acababa yo de comenzar a trabajar como instructor de ajedrez en la escuela primaria Juan Lefont, en mi Jagüey Grande natal (Matanzas-Cuba). Y entre las captaciones que hice, para su adiestramiento con vistas a la participación en competencias, precisamente estaba la alumna de cuarto grado, Daily Ayala Martín.
Ella mostró interés en incorporarse al grupo de ajedrecistas, y la acepté, amén de lo alertado por su maestra.
En el curso anterior, había recibido algunas clases de esta disciplina con un maestro llamado Orelvis. ¨El me enseñó bien el movimiento de las piezas. Antes mi papá me había enseñado, pero más o menos¨, asegura.
Muy complejo resultó el comienzo para Daily, y no menos para mí. Le explicaba una cuestión determinada, y acto seguido le preguntaba al respecto y ¨se quedaba en blanco¨, no podía responderme acertadamente. En el mejor de los casos, pues a veces optaba por no hablar.
¨Daily no tiene nada que hacer en el ajedrez¨, llegue´ a pensar. Esto me rondaba en la mente al ver sus serias dificultades para captar las materias recibidas.
Semanas después de sistemática práctica, aún proliferando las mismas dificultades, llevé a mis atletas a jugar partidas de entrenamiento contra niños de mayor nivel en el propio municipio de Jaguey Grande.
Y sucedió lo increíble, lo impensable hasta para el más incrédulo: Daily derrotó a las 2 atletas más fuertes del municipio, quienes, incluso, poco después participaron en la competencia provincial y se ubicaron en posiciones destacadas.
Pues, imagínense, al ver que vence a aquellas dos niñas, sin apenas mostrar nervios, cualidad que la distingue, me dije: ¨!Daily es de competencia!…¨ y a partir de entonces le presté más atención. No es que antes no se la prestara, pero a partir de ese momento comencé a soñar en grande con ella.
Pero si curioso fue lo acaecido desde el punto de vista deportivo, más lo fue en el aspecto docente. Y es que al paso del tiempo, tal parecía que habían quitado a Daily y habían puesto en su lugar a otra niña. Se hizo el milagro…
Su proceso de aprendizaje fue en mejoría. Su propia maestra, Berta, se quedó asombrada de la metamorfosis sufrida por su alumna. Al conversarme sobre Daily, el semblante no era el mismo de aquel primer día en el que cuando fui a verla para que me pusiera al tanto de ésta, sus palabras vestían penumbras, agonía…
Volviendo a su desempeño ajedrecístico, con solo unos meses de preparación, en el 2008 intervino en la competencia Municipal Pioneril (9-10 años) y concluyó en el cuarto puesto. Pero el siguiente año la cosa fue diferente.
Representó al municipio en el Campeonato Provincial en la ciudad de Matanzas y se agenció la medalla de bronce en el segundo tablero (categoría 11-12 años), y en breve rinde una destacada actuación en el torneo nacional María Teresa Mora IM, en Los Arabos, donde termina en el tercer sitio junto a otra jugadora, pero al aplicarse el desempate se ubica cuarta.
En el propio 2009, con cuatro y media unidades de seis posibles se lleva el subtítulo en la fortísima Copa Provincial Colón´09, muestra de su ascenso vertiginoso en el mundo escaqueado.
Como característica especial, este evento se efectuó mediante el sistema suizo sin distinción de sexo (mixto) entre todos los preseleccionados de la provincia con miras al campeonato nacional. Al final, se premiaron los ganadores por categorías y sexos.
En el 2010 y 2011, le fue de maravillas en el torneo Nacional María Teresa Mora IM, pues se erige campeona y subcampeona, respectivamente. Ambos resultados fueron los más sobresalientes en esa etapa.
En el 2012 no le pudo ir mejor. Termina tercera en la Final Provincial de primera categoría (4,5 de 6 puntos) y le otorgan el título de Experta Provincial, y luego en el Torneo Río Canímar, que contó con la asistencia de 6 provincias, resulta sublíder (3 de 7).
Y ahora ocupa el sitial de honor en la Copa Villa Clara de manera invicta, con 4 puntos y medio de 5 posibles, lid organizada mediante el sistema suizo y contó con la asistencia de trebejistas de Granma, Matanzas y la sede.
Entretanto, se espera en breve su intervención en la Zonal Nacional Juvenil que del 27 a 29 de diciembre venideros acogerá la provincia Villa Clara.
 
Copa Villa Clara´12
Blancas: Marian Trinchet (Granma)
Negras: Daily Ayala Martín (Matanzas)
Defensa Siciliana (Variante cerrada)
1. e4, c5; 2. Cc3, Cc6; 3. g3, g6; 4. Ag2, Ag7; 5. Ce2, e6; 6. d3, Ce7; 7. Ae3, b6; 8. 0-0-, 0-0; 9. d4, d6; 10. f4, Ab7; 11. d5, exd5; 12. exd5, Cb8; 13. g4, f5; 14. g5, a6; 15. Tfe1, Cd7; 16. Af2, b5; 17. Tb1, Cb6; 18. Dd2, b4; 19. Cd1, A: d5; 20. A:d5, C(e): d5; 21. c3, a5; 22. Tc1, Dd7; 23. c4, Cc7; 24. Cg3, Tfe8; 25. Ce3, Ce6; 26. Cd5, C: d5; 27. c:d5, Cd4; 28. A:d4, A:d4+; 29. Rh1, Db7; 30. Dg2, Ae3; 31. Td1, A:f4; 32. h4, T: e1; 33. T:e1, A:g3; 34. D:g3, D:d5; 35. Rh2, Rf7; 36. b3, Te8; 37. Tg1, De5; 38. Rh3, D:g3; 39. T:g3, Te2; 40. Tg2, T:g2; 41. Rinden

A BUENA CARA




Por Lic. Arnaldo Calvo Buides

Las apuestas atraen a mucha gente. Jugarse una cantidad determinada de dinero, o de cualquier otra cosa, ya sea por una pelea de perros, de gallos…, en fin, por lo que venga en ganas. De eso se trata.

El deporte, por su carácter competitivo, se presta mucho para ello. Por ejemplo, en Cuba llueven cuando comienzan los Play Off de la Serie Nacional de Béisbol, nuestro deporte insigne y por antonomasia con gran afición al mismo.

En el ajedrez también existen apostadores. Que ante el dilema de quién es mejor que quién dos personas se enrolen en un match de varias partidas, eso no es noticia. Por supuesto, el vencedor se lleva lo pactado.

Pero Papito, o El Ruso, como le llaman a Juan Manuel, oriundo de mi pueblo Jagüey Grande (provincia de Matanzas-Cuba), es un atípico apostador del juego ciencia.
Él siempre está al tanto de los últimos acontecimientos a nivel mundial. Y la polémica es inacabable si el cubano Leinier Domínguez se encuentra en la nómina del evento de turno.

Lo que pasa es que El Ruso es de los que se muestran un poco reticentes a predecir un buen resultado de Leinier en cuanta competencia grande participa. “No convence, hace muchas tablas”, “no gana”, esgrime criterios como estos. “Sí, pero no pierde…”, yo le decía para provocarlo. La porfía era interminable.

La cuestión es que casi siempre cuando él entra en fuerte debate con alguien que se contrapone a su opinión, no pierde chance en invitarlo a jugarse una determinada cantidad de cerveza…, “a buena cara”, recalca.

Cuando por primera vez lo escuché decirle esto a otro, realmente no entendí nada eso de “a buena cara”. Pero él se encargó de sacarme de mi duda, ya que a seguidas advirtió: “El que pierda compra seis cervezas y nos las tomamos juntos…, a buena cara”, volvió a recalcar.

Entonces fue que entendí. Se trata de que el ganador, en compañía del perdedor, se beba gratis una cantidad determinada de cerveza pagada por éste.

Durante la realización del súper torneo de Wijk aan Zee, en Holanda, hace pocos años atrás, en Jagüey Grande entablé algunas pláticas con El Ruso. Leinier siempre salió a relucir, pues era uno de los participantes. Él alcanzó una victoria, 11 tablas y una derrota, para computar 6 puntos y medio de 13 posibles. Tal desempeño lo ubicó en el noveno lugar.

Por esos días El Ruso se dio banquete cuestionando el resultado del cubano. “Hace muchas tablas”,”no gana…”, estaba a la orden del día en sus palabras.
Recuerdo que faltando cuatro rondas para culminar el torneo, Leinier aún iba invicto con una victoria y siete empates. Entonces, cuando me encontré con El Ruso, luego de una breve disquisición temática él juraba que nuestro paisano perdería al menos dos partidas.
Yo le aseguraba que no. Y él que sí. Ante tal dilema, pues,…”vamos a jugarnos dos cervezas…, a buena cara.” Llegó su ya esperada propuesta.

Yo no aposté. Lo pensé, pero no aposté, aunque algo me decía que Leinier no perdería dos partidas. Mi optimismo estaba dado porque desde que se encaramó en los 2700 de ELO se ha convertido en un trebejista muy difícil de derrotar en cuanto evento interviene.
Y, tal como presentía, no perdió dos partidas. Sólo una, con el prodigio noruego Magnus Carlsen. El resto concluyó tablas.

Cuando nuevamente vi a El Ruso, me comentó que a otros les hizo la misma apuesta que a mí. Pero ellos tampoco accedieron, y así, al igual que yo, perdieron la oportunidad de haberse bebido dos cervezas (gratis)… a buena cara.

Wednesday, September 11, 2013

JUEGAN LAS BLANCAS Y GANAN


GANCHO AL MENTÓN


 Por Lic. Arnaldo Calvo Buides

Yo perseguía la sección de ajedrez de la longeva revista cubana Bohemia. Es muy amena e instructiva, por ello conservo incontables recortes de la misma, y alguna que otra vez he acudido a és
tas para reproducir la partida de turno.

Aunque lamentablemente no la tengo en mi poder, en una ocasión se publicó un comentario con un titular, pero tan sugerente, que a estas alturas aún me sobresalto por la certeza del columnista al ocurrírsele el mismo.

Las armas de Asela. Este fue el título que encabezó aquel material dedicado a la Maestra Internacional villaclareña Asela de Armas, toda una institución en el mundo de las 64 casillas, quien reinó en la década de los 70´y 80´ en campeonatos de Cuba y asistió a varias Olimpiadas Mundiales, entre otros torneos de interés.

Las armas de Asela, además de ¨jugar¨ con el apellido de la trebejista, de momento deja a uno con hambre de devorar las siguientes letras. Y es que uno se interroga: ¿Cuáles son esas armas de Asela?

El título en los trabajos periodísticos deviene un gancho indiscutible para atraer a los lectores. Es lo primero que se visualiza antes de sumergirse o no en el contenido que sigue.

Un buen título arrastra al lector, lo invita a que prosiga la lectura del material. Claro, si éste no responde a sus expectativas, no quita que de inmediato lo abandone. Pero, no es menos cierto que el título cumplirá su función de incitador, que motivará a husmear más allá, poco o mucho, que el simple titular.

Es muy importante que los trabajos periodísticos de ajedrez lleven implícito, cual valor agregado, un título que cautive, que enamore, tal dos colegiales que recién romancean y sienten la necesidad de conocerse más a fondo.

Yo he sido muy cuidadoso con los títulos en mis escritos periodísticos. Y es que estoy claro de cuánto significa el mismo para ganar lectores. De hecho, modestia y aparte, mientras fungía como periodista en Cuba merecí el premio como mejor titulista en uno de los concursos Provinciales de la prensa Escrita.

Kevel ya no es callejero, conformó el conjunto de títulos que presenté al jurado de ocasión. Es una entrevista concedida en el 2006 por el ahora Maestro FIDE Kevel Oliva Castañeda, quien entonces solo contaba con 11 años.

El niño narra que a los 9 apenas sabía mover las piezas de ajedrez, pero un primo lo enseña y para asombro de todos a la semana y media ya le gana partidas a éste.

Y pronto se convierte en noticia en el barrio por sus victorias contra ¨ jugadores callejeros¨, con lagunas en los conocimientos técnicos, igual que él.
Este título, Kevel ya no es callejero, también posee su doble sentido, pues tal vez de súbito alguien piense que se trate de un niño que antes fuese callejero, de la calle, ¨mala cabeza¨, al decir de los cubanos, pero que ya no lo es.
Sin embargo, no es así. Es un prospecto ajedrecista que, incorporado a una academia y disponiendo de un instructor, fue aprehendiendo los conocimientos técnicos suficientes para cosechar innumerables éxitos. Ya no es callejero, en argot ajedrecístico.

¡Jaque mate, Chuchi!, así titulé una crónica mediante la que describo cómo, a escondidas del director de mi escuela (Preuniversitario en el Campo Máximo Santiago Haza (J-4), donde mi hermano gemelo Nibaldo y yo estudiamos a principios de los 90´, participé en una simultánea contra el Gran Maestro Reinaldo Vera.

No recuerdo haber visto alguna vez sonreír a Chuchi. El era un tipo muy serio. De tez blanca, mediana estatura, un gran bigote, hablar y caminar lentos, esta es la imagen que conservo de este hombre.

La fecha escogida para la trascendental actividad caía un día entre semanas, por lo que se me dificultaba participar al encontrarme becado. Descarté la variante de pedirle permiso a Chuchi. No me atrevía. Quién sabe si me hubiera autorizado, pero bueno…lo cierto es que opté por darme a la fuga la noche anterior. Y así, dormí en mi casa y apenas amaneció me dirigí hacia Matanzas (a unos 80 kilómetros), para enfrentarme a Vera.

Tras duro batallar, caí derrotado por el Gran Maestro Vera. Pero, a modo de consuelo, no es menos cierto que entonces también enfrenté (y gané) otra partida tan difícil como esta: me le fugué a Chuchi y nunca se enteró. Le di jaque mate.

Solo espero que el título que dio pie al presente trabajo (Gancho al mentón) haya sido todo un gancho periodístico y lo haya motivado a la lectura íntegra del mismo.

Ah!!!, y que me perdonen si alguien, guiado por el título, pensó que yo vendría a hablarles de boxeo, y no precisamente de ajedrez.

¡QUÉ DOLOR, QUÉ DOLOR, QUÉ PENA!...


 Por Arnaldo Calvo Buides

Juraría que así dice un músico salsero en una de sus canciones. Quisiera acordarme de quién se trata, pero la verdad que no lo logro. Tal vez porque no soy muy dado a la música. Es eso. Y no es que sea un neófito en la materia ni mucho menos, pero como tal no es mi fuerte.
Pero de lo que sí tengo certeza ahora mismo es que aquel día,...
durante una de las rondas de un torneo de ajedrez realizado en la ciudad de Matanzas (Cuba), mi rival de turno fue eso lo que sintió: dolor, dolor y pena.
Los dos andábamos en apuro de tiempo. Escasos minutos nos quedaban en el reloj, por lo que jugábamos a la velocidad de un cohete…
¡Tiempo!, de pronto se escucha la voz del árbitro. Mi adversario había perdido, pese a haber sacado una ligera ventaja en medio de tanto tropelaje.
Yo suspiré, imperceptiblemente. Gané, qué bien, me dije. En tanto, aún sin extender la mano, esperaba el formal saludo que se realiza al comienzo y fin de una partida de ajedrez. Pero, no sucedió.
Resulta que mi contendiente, malhumorado por lo acontecido, arremete contra la mesa de juego. Da un puñetazo y se pone a balbucear consigo mismo, como que no creía lo sucedido. Y ni hace por al menos saludarme, reconocer que había perdido, por las causas que hayan sido.
Yo, simplemente me levanté y lo dejé ahí. Por cierto, un amigo mío que presenció todo, me lo comentó, sobre el desaire manifiesto de aquel.

No todos los ajedrecistas son capaces de controlarse luego de sufrir una derrota. Que se asuma parsimoniosamente, y que acto seguido se analice en qué momento ocurrió el error. Eso sería lo ideal, digamos, hablando teóricamente. Pero la práctica es otra cosa.
Recuerda Orestes Pérez, entrenador en el municipio Jagüey Grande (Matanzas-Cuba), que tuvo un alumno que en sus inicios, en la categoría pioneril y escolar, cada vez que perdía una partida solía apoyar sus manos sobre la mesa de juego, y encima de ésta su cabeza, y a llorar se ha dicho. No atinaba a más nada.
El árbitro de ocasión tenía que avisarle a Orestes, para que lo levantase de allí y se lo llevara afuera del salón de juego.
Ese alumno del que les hablo no es más que Yohandy Denis Silva, quien pronto se convirtió en un promisorio atleta, con loables resultados a su haber, como el de titularse campeón provincial en la categoría 13-14.
Cierta vez, el Maestro Nacional jagüeyense Noel Martínez Socorro me contó de un ajedrecista cubano que cuando perdía una partida alguna que otra vez la emprendía contra la pared. Pues sí, le sonaba un fuerte puñetazo, mientras maldecía el descalabro sufrido.
Julio ¨El Tiburón¨ Fuente, ajedrecista cubano, es uno que se las trae cuando de caer abatido se trata. Y es que él nunca está perdido. Pues sí, es difícil que no le diga al oponente una archiconocida frase suya: ¨Estabas perdido…¨, o esta otra: ¨Eso era tablas…¨
Él no acepta perder, por eso llueven las justificaciones cuando le sucede. Y entonces, luego post-morten se pone a hacer análisis que a veces hasta provocan risas, pues solo tiene en cuenta sus posibilidades, y no las del otro.
Ahora que abordo este tema, de la reacción de algunos trebejistas al ser superados, me viene a la mente otro ajedrecista cubano, Lázaro Pozo. Éste tenía una forma muy propia de exteriorizar su molestia ante un desliz. Simplemente, la tomaba contra su planilla de anotación. La hacía añicos, entre sus manos. ¿Qué les parece?
Dijo el Gran Maestro cubano y ex campeón mundial José Raúl Capablanca (1888-1942), que ¨de pocas partidas he aprendido tanto como de la mayoría de mis derrotas.¨
Una derrota duele, pero debemos ser capaces de sobreponernos a la misma. Verla como una experiencia más en nuestras carreras deportivas. Y sobre todas las cosas, la ética del ajedrecista jamás debe pasarse por alto, tal como ocurrió en aquel encuentro en el que mi rival de turno al perder, tras rebasar el límite de tiempo, no extendió su diestra en gesto de despedida.

ALGO NUEVO A VIVIR COMIENZA

Por Arnaldo Calvo Buides

José Veulens se moría por el ajedrez. Ahora no, desde hace más de 10 años no es así. Un buen día dijo hasta aquí y no ha vuelto a jugar más ni una partida.
En su juventud fue un f
uerte jugador de la provincia de Matanzas, Cuba. Un montón de veces clasificó para la etapa final por el Campeonato Provincial, y al ubicarse entre los primeros lugares participó en varias Semifinales Nacionales.
 
                                          Junto a José Veulens (año 2015).

Cuando mi hermano Nibaldo y yo lo conocimos en los principios de los '90, él ya tenía casi 60 años de edad, y nosotros 16. En esa etapa sólo se dedicaba a la modalidad del ajedrez postal, en la que estaba ranqueado entre los mejores de Cuba.

Entonces dábamos los primeros pasos en el mundo de los trebejos, y ante el interés de jugar torneos de este tipo, nos lo recomendaron para que nos pusiera al tanto de todo.
Desde el primer momento surgió una amistad sincera. Cada vez que teníamos una oportunidad acudíamos a él. Fue el primero en transmitirnos disímiles elementos técnicos desconocidos por nosotros hasta ese momento. Llegó a ser una suerte de entrenador.
Con él pasábamos ratos muy buenos. Sabía de todo lo que uno le preguntaba. ¡Él no era solo ajedrez!
No tenía para cuando acabar cuando se disponía a enseñar. No tenía límites. Sin dudas, en él ganamos a un buen amigo, a un gran consejero.
Muchos decían que estaba loco (y aún lo creen), porque con su extrema delgadez era muy hiperactivo, de esa gente desinhibida, atrevida para sus cosas, para la vida.
Siempre recuerdo que repetía una frase cada vez que se encontraba ante el tablero, ya fuese jugando una partida, o enseñando. Y no importaba si la posición le era favorable o no. Daba igual.
“Algo nuevo a vivir comienza”, solía decir con cierta picardía en su rostro, y realizaba la jugada.
Cuando comencé a escucharla, en verdad no le hacía caso. Lo veía como una de sus expresiones filosóficas, como que era un juego de palabras que se le había ocurrido porque sí.
Bien podía decir: “Algo nuevo comienza a vivir”, y le quedaría mejor concebida, estructurada. Pero no, él la decía a su manera. Y le quedaba bien.
Tiempo después me di cuenta de la profundidad que encerraba esa frase. Era su manera de decirnos muchas cosas. Como que siempre se podía más, que había que luchar hasta el final, que nunca debíamos darnos por vencidos, que había que buscar la mejor jugada en cada momento…
Ante el tablero Veulens era muy esperanzador, optimista. Y nos convino que haya sido así, porque nos transmitió esas cualidades que tanto se necesitan para el ajedrez, para la vida.
Algo nuevo a vivir comienza cuando conoces a personas como José Veulens.

¿SON BUENOS LOS ZURDOS PARA EL AJEDREZ?



 Por Lic. Arnaldo Calvo Buides

Este trabajo obtuvo PREMIO NACIONAL 2012 en el género COMENTARIO del Concurso Periodístico convocado por el Instituto de Deportes de Cuba.

 Siempre he sentido atracción por los ajedrecistas zurdos. Tal vez influido por mí mismo, que también lo soy, disfruto verlos realizar sus movimientos con “la mano equivocada”, al hacer una jugada o anotarlas.
Y es que los veo extraño, diferentes, aunque yo mismo no me vea así. En Cuba hay unos cuantos de ellos, pero sobre todo destaca el Gran Maestro tunero Lázaro Bruzón.

 Estudios científicos avalan que las personas zurdas presentan unos milisegundos de reacción más que las derechas, de ahí que sean muy ponderadas en algunos deportes como el boxeo, la esgrima, el tenis, entre otras. Y es que son disciplinas que exigen un elevado nivel de reacción física.

Pero, ¿se ha puesto usted a pensar alguna vez cuán ventajoso podría ser un zurdo para el ajedrez?

No me refiero en cuanto al aspecto de la reacción física, pues en el juego ciencia resulta insignificante a diferencia de los deportes antes citados; sino sobre el criterio de muchas personas de que los zurdos son más inteligentes que los derechos, y, precisamente, el ajedrez es una actividad meramente intelectual.

Existen quienes discrepan con tal afirmación. Por ejemplo, Nibaldo Salvatierra, director de la Organización chilena Zurdos, esgrime que “en algunos países el hecho de ser zurdos son mirados con admiración y respeto. Se llega a creer que son más inteligentes, cuando en verdad es sólo porque están mejor preparados.

“Desde pequeño el niño zurdo debe tratar de adecuarse a un entorno que le resulta incómodo y buscar de forma creativa adaptarse a un mundo pensado con la derecha.”

En cambio, el Doctor Alan Searleman, de la Universidad de St. Lawrence de Nueva York, durante la conferencia anual de la Asociación Norteamericana de Psicología expuso que las personas zurdas tienen superior fluidez de inteligencia y mejor vocabulario que la mayoría de la población.

“Esto es, quizás, por lo que hay más de ellos en profesiones creativas, como música, arte y escritura”, dijo.

El especialista realizó tests de memoria, vocabulario y resolución de problemas a 1200 personas y descubrió que las personas que eran “verdaderos zurdos” tuvieron una puntuación un tercio más alta en los tests de vocabulario y el doble en las tareas de resolución de problemas.

La investigación también advirtió que las personas zurdas eran intelectualmente mejor dotadas, con un coeficiente intelectual por encima de 140 puntos (la media es entre 90 y 109).

Hasta mediado del siglo XIX los investigadores no habían advertido la especialización de los hemisferios cerebrales.

Los primeros hallazgos se deben al médico francés Paul Broca (1985) y al neurofisiólogo alemán Carl Wernicke, quienes a partir de pacientes con daño cerebral en el hemisferio izquierdo, observaron que estos presentaban dificultad en el habla, incapacidad que no estaba relacionada con los músculos productores del habla, sino que intervenía alterando los procesos mentales básicos necesarios para la producción del lenguaje articulado y con significado.

Hallazgos posteriores no solo confirmaron la diferenciación funcional existente entre los dos hemisferios, sino que hicieron pensar que el cerebro izquierdo además de ser diferente era superior al derecho, por encontrarse asociado a la capacidad de hablar. Así surgió la Teoría de la Dominancia Cerebral.

Se determinó que cuando el cerebro izquierdo está activo, el cerebro derecho está relajado y viceversa, comprobándose mediante estudios electroencefalográficos. Los estudios llevaron a la conclusión que la mayoría de las personas tienen un hemisferio "dominante" y que cada uno de nosotros necesita un "balance" entre el cerebro derecho e izquierdo para funcionar saludablemente.

Existe una especialización de cada hemisferio de manera que el izquierdo (controlado por los diestros), está implicado en el razonamiento, el lenguaje, la escritura y la lectura, mientras que el hemisferio derecho (controlado por los zurdos), está implicado más en procesos no verbales, tales como arte, música y comportamiento creativo.

El hemisferio derecho opera con imágenes sensoriales (visuales, auditivas, táctiles, olfativas y gustativas) y construye una representación espacio temporal del mundo externo, muy ligada a la fantasía, así como a los fenómenos que escapan de la lógica y que se resuelven por medio de la intuición.

Según el editor de la revista On line Cuadernos de Neuropsicología, Roberto Polanco, los zurdos controlan el hemisferio derecho del cerebro (responsable del funcionamiento del lado izquierdo) que les permite ver el “todo” antes y luego centrarse en los detalles, mientras en los derechos ocurre al revés.

“Por ello la visión zurda es más creativa ya que, por ejemplo, al pintar un cuadro un zurdo tendrá una visión global de lo que quiere plasmar sobre el lienzo y luego podrá comenzar a trazar los componentes para crearlo”, sostuvo Polanco.

Artistas como Miguel Ángel, Rafael y Leonardo Da Vinci crearon obras de arte mundialmente famosas.

El ajedrez, además de razonamiento lógico, exige mucha creatividad sobre el tablero, fantasía para abstraerse ante determinadas posiciones, e intuición que nos permita percibir jugadas o secuencias de jugadas sin un análisis acabado.

Precisamente, el hemisferio derecho, controlado por las personas zurdas, está implicado, sobre todo, en los procesos de creatividad, fantasía e intuición.

De acuerdo con el Maestro Nacional, Noel Martínez Socorro, de la provincia de Matanzas, Cuba, el razonamiento lógico y la creatividad deben ir de la mano en el ajedrez si se aspira a grandes resultados; pero, de ambas, la creatividad es lo más difícil de adquirir, de ahí que se infiere la importancia de valorar un poco más a los zurdos para la práctica del ajedrez.

Y aclaro, ser zurdo no sería suficiente para escalar en el mundo escaqueado. Afirmarlo estaríamos pecando de ingenuos. Se necesitaría de mucho más, como talento, motivación, voluntad, disciplina, sistematicidad…, cualidades que no poseen todos los zurdos (¡Y derechos tampoco!)

El incremento desde edades tempranas de atletas zurdos a la práctica del ajedrez competitivo, pudiera redundar en un salto cualitativo de esta disciplina en todo el país. Todo esto sin obviar que solo un 10 % de la población mundial es zurda, lo cual atenta contra tal propósito.