Por Arnaldo Calvo Buides
Negro, alto y de envidiable constitución física, así es Gómez, una de las personas más educada y correcta que he conocido en mi vida.
Tuve
el primer acercamiento al mismo a principios del 2000´, durante las
competencias que se realizaban en la ciudad de Matanzas (Cuba). Y no es que él
fuese ajedrecista, sino que asistía para acompañar a su hijo Jorge Marcos,
quien entonces tenía unos 11 años.
A
Gómez le gustaba escuchar consejos para su hijo de parte de los más avezados, y
de los menos avezados también, en realidad estaba abierto a todos, no
discriminaba a nadie.
Gómez
es karateca, durante un tiempo fungió como entrenador de dicha disciplina en
la Escuela de Perfeccionamiento Atlético
(ESPA) de Matanzas. Su vida ha estado ligada a la exigencia física, de ahí que
insistía en que su hijo además del ajedrez debía prepararse físicamente.
Muy
talentoso para el ajedrez, de eso me di cuenta cuando vi por vez primera jugar
a Jorge Marcos siendo éste apenas un niño, quien por cierto, de una manera muy
educada me trataba de usted. Su padre lo educó así, con mucha formalidad.
Jorge
Marcos ha obtenido importantes resultados tablero mediante, tales como:
medallista en Juegos Escolares Nacionales, subcampeón nacional juvenil en el 2015 y durante el año en curso concluyó
tercero en el Panamericano Juvenil realizado en Colombia, donde logró 7
unidades de 9 posibles gracias a sus 6 éxitos, 2 tablas y 1 derrota. Solo fue
superado por los MI Paulo Supi (Brasil) y Kevin Quispe Cori (Perú). Ambos
sumaron 8/9 puntos.
Ahora, a sus 19 años, Jorge Marcos ostenta la
categoría de Maestro FIDE y exhibe un coeficiente elo de 2446 puntos.
