Tuesday, November 5, 2013

¡YUCAAAA!


Lic. Arnaldo Calvo Buides
El dominó lo inventó un mudo. Esta es una frase que se emplea mucho en Cuba para de manera sarcástica llamarle la atención a algún jugador, o espectador, de que este pasatiempo se juega en silencio. Que no se habla nada.
Se pudiera decir lo mismo del ajedrez. Que lo inventó un mudo. Porque quien participa en un torneo oficial, con todas las de la ley, sabe que se atiene al requerimiento del árbitro si “abre la boca” injustificadamente. Y si reincide pudiera ser sancionado con medidas más severas.
Pero cuando el juego ciencia se concibe como un hobby o adquiere carácter informal, en ocasiones se rompen ciertas reglas.
En mi natal Jagüey Grande (provincia de Matanzas-Cuba), entre sus pobladores existe gran afición al ajedrez, sobre todo gusta mucho el “rapitransi” (modalidad Blitz, a 5 minutos).
Cuando yo aún permanecía por aquellas tierras, ver jugar a ciertos personajes era todo un espectáculo, sobre todo a José Costafreda, Orestes Pérez y Frank García. Y no era tanto por la rapidez con que veían las jugadas, y las realizaban, sino porque todo el tiempo bromeaban entre sí.
La gente lo disfrutaba, al igual que ellos. Con cierta ironía en el rostro ejecutaban sus jugadas presionando fuerte e intencionalmente la pieza en la casilla de destino, y…”¡¡¡Yucaaaaaa!!!”, solían decirse; digo, gritarse, con la mayor naturalidad del mundo.
Yuca se traducía en buena jugada. Desde hace buen tiempo en el lenguaje ajedrecístico de los jagüeyenses este término se ha generalizado a tal punto que es habitual escucharlo también de boca de otros jugadores. Pero, indiscutiblemente, los antes citados se erigían entre los que más recurrían a él, y realmente uno se deleitaba.
¿A quién se le habría ocurrido designar así a una buena jugada en el ajedrez?, ¿Qué relación tendrán ambos? Broma aparte, ¿Por qué precisamente Yuca, y no Boniato, o Calabaza, o Plátano…? En fin, veinte mil interrogantes podría uno formularse...
Pero lo que sí me queda claro es que no sería nada descabellado aconsejarles a los amantes al juego ciencia que viven o se encuentran de tránsito en Jagüey Grande, que no se pierdan la oportunidad de degustar ese exquisito plato que es ver tablero por medio a “rapitranseros” como Costafreda, Orestes y Frank (dudo que con el bichito del ajedrez que llevan bien profundo, no sigan batiéndose a interminables duelos).
Ah!!!, la “¡¡¡Yucaaaa!!!” es el plato fuerte.


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