Friday, January 16, 2015

ALGO NUEVO A VIVIR COMIENZA


                                                   

Por Lic. Arnaldo Calvo Buides
Foto: Cortesía de Marileidys Reyes García
José Veulens se moría por el ajedrez, pero un buen día dijo hasta aquí y no ha vuelto a jugar más ni una partida. En su juventud fue un fuerte jugador de la provincia de Matanzas, Cuba. Un montón de veces clasificó para la etapa final por el Campeonato Provincial, y al ubicarse entre los primeros lugares participó en varias Semifinales Nacionales.
Cuando mi hermano Nibaldo y yo lo conocimos en los principios de los '90, él ya tenía casi 60 años de edad, y nosotros 16. En esa etapa solo se dedicaba a la modalidad del ajedrez postal, en la que estaba ranqueado entre los mejores de Cuba. Entonces dábamos los primeros pasos en el mundo de los trebejos, y ante el interés de jugar torneos de este tipo, nos lo recomendaron para que nos pusiera al tanto de todo.
Desde el primer momento surgió una amistad sincera. Cada vez que teníamos una oportunidad acudíamos a él. Fue el primero en transmitirnos disímiles elementos técnicos desconocidos por nosotros hasta ese momento. Llegó a ser una suerte de entrenador.
Con él pasábamos ratos muy buenos. Sabía de todo lo que uno le preguntaba. ¡Él no era solo ajedrez! No tenía para cuando acabar cuando se disponía a enseñar. No tenía límites. Sin dudas, en él ganamos a un buen amigo, a un gran consejero.
Muchos decían que estaba loco (y aún lo creen), porque con su extrema delgadez era muy hiperactivo, de esa gente desinhibida, atrevida para sus cosas, para la vida.
Siempre recuerdo que repetía una frase cada vez que se encontraba ante el tablero, ya fuese jugando una partida, o enseñando. Y no importaba si la posición le era favorable o no. Daba igual.
“Algo nuevo a vivir comienza”, solía decir con cierta picardía en su rostro, y realizaba la jugada. Cuando comencé a escucharla, en verdad no le hacía caso. Lo veía como una de sus expresiones filosóficas, como que era un juego de palabras que se le había ocurrido porque sí.
Bien podía decir: “Algo nuevo comienza a vivir”, y le quedaría mejor concebida, estructurada. Pero no, él la decía a su manera. Y le quedaba bien. Tiempo después me di cuenta de la profundidad que encerraba esa frase. Era su manera de decirnos muchas cosas. Como que siempre se podía más, que había que luchar hasta el final, que nunca debíamos darnos por vencidos, que había que buscar la mejor jugada en cada momento…
Ante el tablero Veulens era muy esperanzador, optimista. Y nos convino que haya sido así, porque nos transmitió esas cualidades que tanto se necesitan para el ajedrez, para la vida. Algo nuevo a vivir comienza cuando conoces a personas como José Veulens.
 (En la foto, José Veulens junto a su esposa La China)

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