Por Arnaldo Calvo Buides
Hace un año, Liza Flores me puso un reto.
¨Estoy interesada en clases para mis niños y sus abuelos…¨, me escribió por correo, al ver mis publicaciones en las redes sociales promocionando talleres online de ajedrez.
Clases grupales, en las que participarían sus 2 hijos de 7 años, Sofía e Ignacio, junto a sus abuelos Silvia y Rubén. De eso se trataba.
Nunca antes había tenido como alumnos a nietos y a abuelos; solo ellos, en un grupo.
¨Con los padres es mucho más difícil, pero los abuelos tienen mucho más tiempo; y a veces los tíos también, aquellos que no tienen hijos.
¨A otros les puede pasar lo mismo que a nosotros: los papás no tenemos tiempo; entonces es como una tarea más, y ahí se complica. Se recargaría el fin de semana, digamos, sábado en la mañana. ¨
Liza señala que, al ser una actividad de desarrollo mental, ha devenido excelente ejercicio para sus suegros haber aprendido ajedrez a esta altura de la vida.
¨Ha sido buenísimo, porque les da agilidad mental…Entre ellos dos juegan, y así tienen un espacio de encuentro entre ambos. También con los nietos, porque hacen campeonatos, todo en familia¨.
Dicho sea de paso, a modo de complemento de las clases, Sofía e Ignacio (con nombres de usuario Demaiola365 y demaiol, respectivamente), participan en los torneos infantiles que organizo mediante la plataforma lichess, logrando lugares destacados en algunos de ellos.
¨Nunca se pierde: se gana, o se aprende¨, máxima que acompaña mis torneos, que les permitirá seguir ascendiendo en el maravilloso mundo del ajedrez.
¨Creo que la mayor barrera se da en que uno cree que en el ajedrez una cosa es el adulto, y otra el niño. Como que están en niveles diferentes, pero hemos visto que en realidad pueden aprender a la par, desde los 8 años más o menos ¨, concluye Liza.
Ajedrez familiar: un reto que luego de un año sigo disfrutando entre nietos y abuelos.
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