En un
torneo jugado de manera mixta, entre ambos sexos, una de mis alumnas
recibió el premio a la Mejor Dama en la categoría Sub-8, al totalizar 3,5 puntos
de 5 posibles.
¿Pero realmente fue la fémina de mejor resultado?
Resulta que
los lugares 2 y 3 fueron ocupados por varones, pero el primer puesto lo alcanzó
una niña, con actuación perfecta de 5-5. Pero como solo podía optar por el
premio mayor, pues recibió la medalla de campeona y la segunda dama mejor
ubicada se llevó el premio a la mejor
dama, que como dije antes, le correspondió a una de mis alumnas.
Está de moda
las competiciones en que se entrega premio a la mejor dama, y discrepo en
ciertas cosas. En el torneo de referencia, tal vez lo más viable hubiera sido
entregar el premio a la Mejor Dama
siempre y cuando una de ellas no ocupase uno de los 3 primeros puestos. De lo
contrario, no le veo sentido entregarlo.
Imagínense
que los 3 primeros lugares lo ocuparan féminas. Pues, intuyo que la situada en
el cuarto puesto se llevaría el premio a la mejor dama, cuando en verdad hubo 3
mejores que ella.
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