Qué mejor satisfacción para un entrenador cuando sus alumnos obtienen
éxitos. En las fotos me encuentro con Aitana, una niña de 9 años que a
pocos meses de adentrarse en el ajedrez ya comienza a descollar. Talento y dedicación van de la mano de esta chica, en cuyos logros tienen mucho que ver su mamá y su abuela.
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